miércoles, 14 de agosto de 2013

Bondad y alegría: herencia y memoria



   Después de reflexionar sobre los comentarios que nos ofreció nuestra hermana Sor Piera Ruffinatto sobre los valores carismáticos
    irrenunciables que debemos custodiar, conservar y transmitir,
    queremos compartir nuestra reflexión. 

    Vemos importante que las jóvenes nos vean siempre bondadosas y
    alegres para poder hacer un mayor bien.
    La nuestra debe ser una alegría en la dificultad, como la de Don
    Bosco y Madre Mazzarello, como un ejercicio amoroso,
    trabajándonos en nuestra entrega a Dios.
    No debemos hacer pesar a los demás nuestras penas y siempre   
    presentar el rostro alegre y sereno.
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    Recordando a nuestros fundadores, algunos hechos son importantes
    para motivarnos a ser como ellos:
En Valdocco, donde vivió Don Bosco, hubo un niño que se robó las nueces y andaba escondiéndose angustiado. Don Bosco lo vio, el chico confesó  y él le dijo: “comételas tranquilo” y cuando tengas hambre mejor ven a pedírmelas".

En Mornés, en la vida de Mazzarello se recuerda el hecho cuando Sor Asunta Gaino botó -al caer por tierra- toda la harina que serviría para preparar el almuerzo, llamada polenta. Después de recoger la harina y contar llorando el hecho, las hermanas comunidad lo tomaron con muy buen humor, hiceron el almuerzo con la harina condimentada con tierra y piedritas y reían al comer ese día con acompañamiento musical.

También hoy en nuestras comunidades se dan ejemplos de este espíritu salesiano-mornesino, como por ejemplo, en el colegio “María Auxiliadora”  de San José, recordamos que habían dos niñas cuyo papá dueño de una joyería fue víctima de un asalto, lo asesinaron y le robaron todo. La mamá llegó a retirar a las niñas del colegio porque no podía pagar la mensualidad, las hermanas convencieron a la mamá a dejar a sus hijas en el Colegio para poder apoyarlas en su necesidad, ellas pudieron terminar sus estudios, siempre fueron muy agradecidas con Dios, María Auxiliadora y las Hermanas.
Mirando la enseñanza de Madre Mazzarello y de Don Bosco, creemos que existen valores a los que no podemos renunciar:

  • la humildad, pensando primero en la otra persona, recordando que el valor de la persona es mayor que cualquier otra cosa. Para esto, cultivar siempre el trato cariñoso y  respetuoso. 
  • El espíritu de sacrificio, hecho por amor que se expresa en el amor y respeto a todos.
  • El "voy yo", ofrecernos siempre con generosidad como decía  Madre Mazzarello: si hay que robar algo, hay que robarse los sacrificios. 
  • El orden y la puntualidad siempre y en todo, como respeto a la comunidad y evitar hacer lo que molesta a los demás.

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