domingo, 18 de agosto de 2013

La beata María Romero y la recreación de las hermanas!


 Integrantes del grupo de izquierda a derecha
1.     Sor María del Carmen Lamm

2.     Sor Yolanda Porras

3.     Sor Lia  Magarotto

4.     Sor Aurora del Carmen Ortega


En la construcción del edificio de la Casa de la Virgen, Sor María  destinó un salón específico para el teatro y actividades recreativas como es característico  en la vida salesiana. 

Este salón fue dedicado al Sagrado Corazón de Jesús con la intención de propagar su devoción y en reparación de las ofensas que el Sagrado corazón recibe constantemente. 

Por eso invitaba con frecuencia a las escuelas para que los niños  pudieran realizar los Ejercicios Espirituales y como parte recreativa  se le  proyectaba una película divertida. Así aprendían a divertirse sanamente sin ofender a Dios.

Cuenta Sor Lía Magarotto, que siendo integrante de la comunidad de Casa Provincial “Sacro Cuore”. Sor María Romero con frecuencia invitaba a las hermanas de la comunidad a vivir un momento de expansión  viendo películas chistosas que ella con gusto les proyectaba: El gordo y el Flaco; Cantinflas; El Burrito Pin; Mariquita ¿dónde estás?   Y muchas más. Lo mismo hacía con lasa formandas y hermanas de la Comunidad del Colegio María Auxiliadora.

Eran momentos en los que se reía mucho y se compartía alegremente. La que más disfrutaba era la misma Sor María al ver tan contentas a sus hermanas. 

Esto manifiesta la vivencia de elementos esenciales del carisma salesiano como  la alegría, La fraternidad y el gozo en la convivencia fraterna


OTRO HECHO INTERESANTE SIEMPRE SOBRE EL TEMA DE LA ALEGRÍA

Cuenta Sor Aurora del Carmen Ortega, que, siendo aspirante, Sor María Romero les dio una conferencia en la que les habló de la alegría que  sintió al visitar a nuestras Superioras en Italia y los lugares salesianos en Italia (Mornés donde nació Madre Mazzarello y la congregación de las Hijas de María Auxiliadora, Turín donde Don Bosco desarrolló su Oratorio). Les decía que jamás hubiera pensado que ¡cómo una persona como ella hubiera recibido tan inmenso regalo porque tener a las Superioras tan cerca! ¡Es algo que no se le concede a todas! y nos transmitía el gozo y la gratitud al Señor por el regalo recibido.

Cuando regresó las reunió otra vez y les contaba las maravillas vividas. Lo que había visto y tocado. Recomendaba amar mucho al Instituto; acoger todo lo que nos ofrecen como regalo  de Dios y no desear nada que no fuera la voluntad de Dios. Y ¿ Cómo saberlo? Con la oración y amando mucho a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora. 

El Oratorio fue para ella motivo de inmensa alegría. Al preparar los premios: Regalos de Navidad para los niños que habían asistido al catecismo. Solicitaba la edad y la talla de los niños para la ropita y a coger cada una todo o que necesitaba y el cuarto del Oratorio nunca estaba vacío. 

Por todo esto, llena de gozo daba gracias a Dios y a la Virgen por tanta Providencia que le permitía hacer el bien y dar alegría a tantos niños pobres y necesitados.

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