Me entregué a Dios como religiosa en el año 1960, trabajé por 38 años en educación y a mis casi 74 años me siento feliz por todo!
He trabajado en los Colegios con entusiasmo, con las jóvenes. Las hermanas siempre me han querido mucho.
Lo que más me impactó en la vida salesiana, fue la gracia de haber tenido una directora llena de Dios, una hermana muy espiritual y humana a la vez. Mi recordada Sor Teresa Bruzzone, me enseñó a amar al Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. Ella vibraba de amor por el Instituto, por las superioras generales y lo transmitía a todas. Para mí esos 6 años vividos con ella fueron una bendición. Tenía gran amor a Jesús Eucaristía, y a las 4 de la mañana ya la encontraba ante el Sagrrio en adoración. Jamás la podré olvidar.
Quiero recordar que si algo me ha sostenido en la vida, es el amor de mi familia, la unión que tenemos a pesar de estar dispersos por todo el mundo. Nos mantenemos muy unidos y siempre en comunicación.
Como profesora y asistente, trabajé incansablemente hasta que la salud me lo permitió. Estoy inmensamente agradecida por el bien recibido. Hoy soy una feliz Hija de María Auxiliadora!
Gracias por sus sonrisas, sus mensajes de alegría de la vida religiosa. Tantos momentos que hacen historia.
ResponderEliminarUnidas en oración misión
Sor Mayela y sor Clemencia
Dios bendiga hoy y siempre a mi tía sor María del Carmen.
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