MEMORIA PARA CONSTRUIR EL FUTURO
Me llamo Sor Ofelia Castillo Zumbado, soy costarricense. Tengo 75 años de edad.
Enamorada de Dios me consagré a
Él para siempre, en la Vida Religiosa, el 24 de Enero de 1959.
Serví al Señor en la Inspectoría Santísimo Salvador, formada por todos los países centroamericano, ahora pertenezco a la Provincia Nuestra Señora de los Ángeles, que comprende los países de Costa Rica, Nicaragua y Panamá. Dios me destinó a servirlo en el:
- Colegio M. A. de San José C.R.
- Colegio Santa Inés, Santa Tecla, El Salvador
- Colegio M. A. Quezaltenango, Guatemala.
- Instituto María Auxiliadora , Guatemala City.
- Colegio María Auxiliadora de Heredia, C. R.
- Escuela Gratuita María Auxiliadora, C.R.
- Colegio María Auxiliadora Alajuela, C. R.
- Casa Provincial, Curridabat.
- Noviciado San José, Granadilla, Curridabat. C. R.
Mi vida transcurrió
siempre entre el trabajo y la oración. Me
desempeñé como: Catequista,
asistente, maestra de grado en la
Primaria, Profesora de Español y Profesora de Música. La Catequesis, fue siempre para mí, un momento muy importante, me sentía realizada
como Hija de María Auxiliadora, deseosa de saber más, para amar más a Dios y llevar las niñas al encuentro con el Señor.
Disfruté mucho de la música, como don que el
Señor me regaló. Era mi deleite. Les enseñaba
a los niños a cantar y participar en pequeñas orquestas, en las fiestas escolares, para
alegrar el ambiente educativo, salesiano. Recordaba cómo Don Bosco utilizaba este medio
para atraer a los jóvenes con la música y el teatro.
La experiencia más
grata de mi vida en el campo de la educación,
fueron los 18 años que trabajé en
Quezaltenango, quizá porque era joven,
llena de entusiasmo y alegría que siempre me caracterizó. Vivía en una Comunidad
unida y fraterna, donde reinaba la
comprensión y tranquilidad a pesar de las dificultades que se
encontraban, sobre todo al iniciarse la obra. Sor Anita Cavallini, Directora savia,
prudente, comprensiva, combinaba el trabajo con estrategias de distensión, para aliviar a las Hermanas y
hacer más alegre y suave el sacrificio.
Desde el año 1986
al 2004. Pedí la exclaustración, que significa vivir fuera de una comunidad religiosa (sin dejar de serlo) para atender a mi mamá y hermana
enfermas. Traté de mantenerme unida al Señor en la Oración y
el sacrificio, cumpliendo el papel de Cirineo en la familia, para ayudar a
llevar la cruz de la enfermedad
con paz y caridad.
Después de 50 Años
de vida Religiosa, cumpliendo mis Bodas
de Oro, el Señor me hizo el regalo más
grande de la vida. ¡Un Viaje a Tierra Santa!
Lo máximo que me podía suceder. Todavía no salgo de mi asombro, por haber conocido la Tierra de Jesús, donde el
Señor vivió y realizó su Misión
Redentora, atestiguando con milagros su
Mesianismo. Nunca acabaré de agradecer a Dios semejante paquete. Me ha servido
para meditar mejor su Palabra, ubicándome en los lugares precisos del Evangelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario