miércoles, 14 de agosto de 2013

Sor Ofelia Castillo



MEMORIA PARA CONSTRUIR EL FUTURO

Me llamo Sor Ofelia Castillo Zumbado,  soy costarricense.  Tengo 75 años de edad.
Enamorada de Dios me  consagré a Él para siempre,   en la Vida Religiosa, el 24 de Enero de 1959.

Serví al Señor en la Inspectoría Santísimo Salvador, formada por todos los países centroamericano, ahora pertenezco a la Provincia Nuestra Señora de los Ángeles, que comprende los países de Costa Rica, Nicaragua y Panamá.  Dios me destinó a servirlo en el:
  • Colegio M. A. de San José C.R.
  • Colegio Santa Inés, Santa Tecla, El Salvador
  • Colegio M. A. Quezaltenango, Guatemala. 
  • Instituto María Auxiliadora , Guatemala City.
  • Colegio María Auxiliadora de Heredia, C. R.
  • Escuela Gratuita María Auxiliadora, C.R.
  • Colegio María Auxiliadora Alajuela, C. R.
  • Casa Provincial, Curridabat.
  • Noviciado San José, Granadilla, Curridabat. C. R.    


Mi vida transcurrió siempre entre el trabajo y la oración. Me desempeñé  como: Catequista, asistente,  maestra de grado en la Primaria, Profesora de Español y Profesora de Música.  La Catequesis, fue siempre  para mí,  un momento muy importante, me sentía realizada como Hija de María Auxiliadora, deseosa de saber más, para amar más a Dios  y llevar las niñas  al encuentro con el Señor.

Disfruté mucho de la música, como don que el Señor me regaló.  Era mi deleite.  Les enseñaba   a los niños a  cantar y participar en  pequeñas orquestas,  en las fiestas escolares,  para  alegrar el ambiente educativo, salesiano.  Recordaba cómo Don Bosco utilizaba este medio para atraer a los jóvenes con la música y el teatro.  

La experiencia más grata de mi vida en el campo de la educación,   fueron los 18 años que trabajé  en Quezaltenango, quizá porque era joven, llena de entusiasmo y   alegría   que   siempre me caracterizó.  Vivía en una  Comunidad  unida y fraterna, donde reinaba la  comprensión  y tranquilidad  a  pesar de las dificultades que se encontraban,  sobre todo al iniciarse la  obra. Sor Anita Cavallini, Directora savia, prudente, comprensiva,   combinaba  el trabajo con estrategias  de distensión, para aliviar a las Hermanas y hacer más alegre y  suave  el sacrificio.

Desde el año 1986 al 2004. Pedí la exclaustración, que significa vivir fuera de una comunidad religiosa (sin dejar de serlo) para atender a mi mamá y hermana enfermas.  Traté  de mantenerme unida al Señor en la Oración y el sacrificio, cumpliendo el papel  de Cirineo en la familia, para ayudar a  llevar  la cruz de la enfermedad con paz y caridad.

Después de 50 Años de vida Religiosa, cumpliendo  mis Bodas de Oro, el Señor me hizo el  regalo más grande de la vida. ¡Un Viaje a Tierra Santa!  Lo máximo que me podía suceder. Todavía no salgo de mi asombro, por  haber conocido la Tierra de Jesús, donde el Señor vivió  y realizó su Misión Redentora, atestiguando  con milagros su Mesianismo. Nunca acabaré de agradecer a Dios semejante paquete. Me ha servido para   meditar mejor su Palabra, ubicándome  en los lugares precisos del Evangelio.

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